INVITACIONES GMAIL
¿Limite de usuarios, o estrategia de marketing? Hace un par de días que me hice una cuenta de gmail, desde que es abierto, y solo para unirme a la corriente de “gfans” (me acabo de inventar la palabra). La verdad es que tiene merecida buena fama, un interface limpio y fácil de usar, registro de una rapidez y sencillez nunca vistos… y una cuenta de correo como cualquier otra, accesible desde web y desde pop3 (incluso fácilmente configurable para Thunderbird y Outlook, cosa que no sucede con otras como Hotmail o yahoo), un potente buscador de contenido, como no, incluso una especie de Messenger integrado en el interface web, aunque sobre su versatilidad no puedo decir nada, pues no lo he usado todavía.
Bueno, parece una excelente opción de correo gratuito, y lo es, yo personalmente lo recomiendo para todo el que quiera una cuenta gratuita, sencilla y útil. Pero a lo que iba, hoy me he fijado en las invitaciones, que aunque ya no tengan utilidad, pues han abierto la suscripción, me ha dado por pensar…
En un principio, se ofrecieron las invitaciones como un sistema para limitar los usuarios, para probar la versión beta del sistema. Cada usuario nuevo tendría 50 invitaciones para repartir entre sus amigos. Lo curioso es que de toda la gente que conozco, la mayoría ya tenían su cuenta gmail (y de los frikis, cada uno tenía por lo menos media docena), y esto me ha llevado a pensar… ¿de verdad se trataba de limitar los usuarios, o ha sido una hábil estrategia de publicidad? Recuerdo al principio, cuando tener invitaciones de Gmail era ser el tío mas cool de toda tu pandilla friki, mas incluso que aquel que tenia la colección completa de Star Trek en versión original y japonés. Y es que no hay mejor forma de hacer que todo el mundo quiera algo, como hacer que no puedan tenerlo, la naturaleza humana es así. ¿Nunca os ha pasado? El que llega con invitaciones para el futbol, para el estreno de una película, pases VIP para una discoteca… es el triunfador de la noche, y todo el mundo quiere una, incluso aquel que reniega del futbol, solo porque es gratis, y es exclusivo para un pequeño grupo de gente.
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