lunes, 16 de abril de 2007

Historia de la Electrónica (I)

Los orígenes: Fleming y el Efecto Edison


Si hablásemos de las Matemáticas seguro que alguien sería capaz de argumentar que los primeros conceptos matemáticos surgieron ya en la Prehistoria. Tal vez para repartir las piezas de caza, ¡quién sabe! Pero si hablamos de la Electrónica no hay que remotarse tan lejos.

La RAE (Real Academia Española) define la Electrónica como el "Estudio y aplicación del comportamiento de los electrones en diversos medios, como el vacío, los gases y los semiconductores, sometidos a la acción de campos eléctricos y magnéticos".


Es evidente que el elemento básico de la electrónica es el electrón y por tanto, el nacimiento de la misma irá indisolublemente unido al nacimiento de la propia partícula. Es bastante razonable suponer, por otra parte, que el electrón tenga existencia desde el principio de los tiempos; sin embargo, el hombre no lo descubrirá hasta 1897 en que el físico británico J. J. Thomson demostró experimentalmente la existencia de una partícula de carga eléctrica negativa de naturaleza subatómica. Asimismo demostró que la mínima carga que se podría lograr en la naturaleza, ya fuera positiva o negativa, era de la misma magnitud que la que acababa de encontrar. Dicha carga es el electrón.


No obstante, considerar que el descubrimiento del electrón es igual al nacimiento de la Electrónica sería como considerar que el descubrimiento de las piedras inicia la historia de la Arquitectura.

La Electrónica, tal como lo recoge la RAE, se refiere no al estudio del electrón en sí sino al estudio del comportamiento de dicha partícula en el seno de campos electromagnéticos y otros medios. En este sentido, la Electrónica nace unos años más tarde del descubrimiento de Thomson, concretamente en 1903, de la mano del físico inglés John Ambrose Fleming, quien fue el primero en encontrar una aplicación práctica al Efecto Edison, patentado por el inventor estadounidense en 1883.

El Efecto Edison, técnicamente efecto termoiónico, fue observado con anterioridad a la patente del americano. El mérito del inventor fue conseguir reproducirlo a voluntad mediante la invención de un dispositivo para tal efecto.

En realidad, el llamado efecto termoiónico fue introducido por Edison en sus experimentos de mejora de la lámpara de incandescencia para atraer las partículas que se desprendían del filamento incandescente oscureciendo el cristal de la lámpara. Así, en su búsqueda, el americano fue el primero que inventó un dispositivo en el cual entre una placa metálica caliente (cátodo) y otra fría (ánodo) se hace fluir una corriente eléctrica. Sin embargo, Edison aparcó su invento al no encontrarle utilidad alguna.

Dicha utilidad la encontraría J. A. Fleming en su búsqueda de mejorar el detector de ondas electromagnéticas de Marconi.

Nacido en Lancaster (Inglaterra) en 1849, John Ambrose Fleming pronto demostró su pasión por el electromagnetismo y un genio inusual para la ciencia al impartir su primera conferencia sobre esta materia a los 13 años. En 1877 comenzó a trabajar en Cambridge a las órdenes de J. C. Maxwell y sólo dos años después recibió el título de doctor. En los años siguientes desempeñaría el trabajo de ingeniero consultor para la Edison Light Company of London y la Marconi Wireless Telegraph Company. Además de numerosos trabajos como consejero de otras muchas compañías.

De su trabajo para la Edison Light Company of London, Fleming obtuvo la respuesta a su búsqueda. Se trataba del experimento de Edison. Lo que el estudio de Fleming concluye es que si el ánodo se conecta a la borna positiva de la batería, entonces la carga se mueve del cátodo al ánodo. Del mismo modo, si conecta el ánodo a la borna negativa de la batería, no circula ninguna corriente.

Así, para el caso de una corriente alterna, podemos observar que el resultado de aplicar esta válvula es el siguiente:


Al fenómeno descrito se le llama rectificación y la válvula sobre la que se observó el fenómeno, diodo.

No hay comentarios: