domingo, 15 de abril de 2007

Cruje que cruje

Desde luego hay días en que las noticias lo sacuden a uno. Hoy es uno de esos días.

Me acabo de enterar de que hace unas cuantas decenas de millones de años (6,8 para ser exactos, con un error de unos 100.000 años arriba o abajo) hubo un Tiranosauro Rex que se sometió a una operación de reafirmación de muslos mediante la inyección de colágeno. Según fuentes fidedignas Jiménez del Mono está investigando de qué planeta provenían los cirujanos que practicaron la operación.

Lo sorprendente de este hallazgo es que se ha descartado categóricamente que en él interviniera médico catalán alguno (siguen insistiendo con que Colón fue catalán y que el mejor espía de la historia fue catalán, de esas sí que no se apean... Y yo que pensaba que había sido James Bond, pero bueno...).

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Mejor aún que ésta es la noticia de que el CSIC ha conseguido calcular la crujibilidad de los alimentos.

Desde luego, no sé a ustedes, pero a mí saber que el dinero que pago con mis impuestos se destina a investigaciones de tanto calado y trascendencia me permitirá echarme una siestecilla reparadora después de comer que ni les quiero contar.

Al fin y al cabo, lo importante en sí más que ninguna otra cosa es el duro proceso de investigación que han seguido los científicos del CSIC. Fíjense si no:

Invención - Nos inventamos un estudio sobre cuánto crujen los alimentos.

Investigación - Para saber qué cruje más y qué menos cotejaremos el mordisqueo de miles de muestras.

Desarrollo Tecnológico - Búsqueda de una aplicación práctica del estudio: Ampliar el estudio y prolongarlo en el tiempo. ¡Ahora vamos a por las patatas fritas!

Demostración - Tras comer muchas avellanas y muchas manzanas podemos demostrar que hirviendo la manzana cruje menos.

Innovación - Aplicación práctica del invento. Seguir recibiendo fondos para investigación. ¡Y comernos muchas patatas fritas! Demostraremos que las que tienen saber a jamón crujen más que las que saben a queso. Hemos inventado el término "crujibilidad". Y al valor de la "C" se le llamará "crujencia" (bueno, esto último lo digo yo sin el beneplácito de nadie).

¡Para que luego digan de la ciencia española. Siempre en vanguardia! Luego la Fundación COTEC insistirá en que no sabemos tranformar nuestra prestigiosísima investigación en innovación. ¿Y en qué quieren que transformemos nuestro incalculable saber sobre la crujencia, en un Crunch?


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