Sonrisas en la red, sentimientos y sensibilidad.
Según informa hoy El Mundo, el smiley más famoso del ciberespacio cumple nada más y nada menos que 25 años. Estamos hablando del icono de la sonrisa:
Según dice el diario, el creador de la sonrisa no puede estos días dedicarse a sus quehaceres cotidianos abrumado por las llamadas telefónicas de felicitación.
No es para menos. Después de todo, gracias a la aparición de los smileys en el ciberespacio los mensajes escritos entre personas pueden tener el valor añadido de transmitir un sentimiento o emoción.
Sin embargo, detrás del éxito de estas caritas ladeadas de fácil tecleo y más fácil nemotecnia, se esconde lamentablemente un problema de comunicación.
La falta de capacidad de expresión emocional del lenguaje, o cuando menos del uso que hacemos de él.
Lo cierto es que yo soy un asiduo al uso de los smileys o emoticonos en mis mensajes foreriles y esto es debido a que he observado en reiteradas ocasiones que ayudan a la gente a comprender el sentido del mensaje. Aunque, sin embargo, no siempre añaden significado. Por ejemplo:
"me gusta lo que has dicho" <- Sin ningún smiley puede ser cierto o una ironía. La desconfianza generalizada de los usuarios. Esa sensación de "ya estamos de vuelta y lo hemos visto todo". Lleva a que sin un icono emocional, esa frase para el receptor pueda tener el significado contrario al que expresa verbalmente. Si le añadimos una sonrisa, la comunicación mejora: "me gusta lo que has dicho :)". Es cierto, ahora sabe el receptor que el emisor pretende trasladar en sentido positivo su afirmación.
Sin embargo, otras expresiones emocionales, requieren de más conocimiento del emisor por parte del receptor. Por ejemplo: "me gusta lo que has dicho :P" o "me gusta lo que has dicho xD".
Por eso yo soy un asiduo al uso de estos iconos. Porque ayudan, a veces... Y otra veces, precisamente, porque... no ayudan. xD
Pero también he de decir que para leer a los demás no necesito para nada que los usen. Por los demás no respondo, pero después de más de 10 años navegando por la red por páginas de soporte técnico, echando una mano en lo que se ha podido (EN lo que, no A lo que :P) a webmasters y demás yerbas virtuales. Habiendo participado durante más o menos tiempo en distintos canales de irc como #poesia, #electronica o #ayuda-internet. Y después de haber sido moderador y administrador de #politica, con lo poco conflictivo que es ese canal, y participado en diversos foros. Lo cierto es que creo que se desarrolla una forma de psicología que, más allá de las palabras escritas, e incluso aunque no se conozca de nada al emisor, permite averiguar el sentido de las mismas al leerlas. Claro que, es cierto que aún no he conseguido trasladar ese conocimiento a un manual, de modo que mientras no exista una metodología al respecto, puede que sea una buena idea seguir usando los emoticonos y smileys. Al menos, resulta divertido. Por otro lado, ¿se imaginan a Shakespeare usando emoticones y smileys? xD Una posible versión, podría ser esta:
En fin. Dejémoslo aquí. Pues esa... Es otra historia.
Según dice el diario, el creador de la sonrisa no puede estos días dedicarse a sus quehaceres cotidianos abrumado por las llamadas telefónicas de felicitación.No es para menos. Después de todo, gracias a la aparición de los smileys en el ciberespacio los mensajes escritos entre personas pueden tener el valor añadido de transmitir un sentimiento o emoción.
Sin embargo, detrás del éxito de estas caritas ladeadas de fácil tecleo y más fácil nemotecnia, se esconde lamentablemente un problema de comunicación.
La falta de capacidad de expresión emocional del lenguaje, o cuando menos del uso que hacemos de él.
Lo cierto es que yo soy un asiduo al uso de los smileys o emoticonos en mis mensajes foreriles y esto es debido a que he observado en reiteradas ocasiones que ayudan a la gente a comprender el sentido del mensaje. Aunque, sin embargo, no siempre añaden significado. Por ejemplo:
"me gusta lo que has dicho" <- Sin ningún smiley puede ser cierto o una ironía. La desconfianza generalizada de los usuarios. Esa sensación de "ya estamos de vuelta y lo hemos visto todo". Lleva a que sin un icono emocional, esa frase para el receptor pueda tener el significado contrario al que expresa verbalmente. Si le añadimos una sonrisa, la comunicación mejora: "me gusta lo que has dicho :)". Es cierto, ahora sabe el receptor que el emisor pretende trasladar en sentido positivo su afirmación.
Sin embargo, otras expresiones emocionales, requieren de más conocimiento del emisor por parte del receptor. Por ejemplo: "me gusta lo que has dicho :P" o "me gusta lo que has dicho xD".
Por eso yo soy un asiduo al uso de estos iconos. Porque ayudan, a veces... Y otra veces, precisamente, porque... no ayudan. xD
Pero también he de decir que para leer a los demás no necesito para nada que los usen. Por los demás no respondo, pero después de más de 10 años navegando por la red por páginas de soporte técnico, echando una mano en lo que se ha podido (EN lo que, no A lo que :P) a webmasters y demás yerbas virtuales. Habiendo participado durante más o menos tiempo en distintos canales de irc como #poesia, #electronica o #ayuda-internet. Y después de haber sido moderador y administrador de #politica, con lo poco conflictivo que es ese canal, y participado en diversos foros. Lo cierto es que creo que se desarrolla una forma de psicología que, más allá de las palabras escritas, e incluso aunque no se conozca de nada al emisor, permite averiguar el sentido de las mismas al leerlas. Claro que, es cierto que aún no he conseguido trasladar ese conocimiento a un manual, de modo que mientras no exista una metodología al respecto, puede que sea una buena idea seguir usando los emoticonos y smileys. Al menos, resulta divertido. Por otro lado, ¿se imaginan a Shakespeare usando emoticones y smileys? xD Una posible versión, podría ser esta:
Romeo:- ¡No sé cómo expresarte con un nombre quien soy! :-( Mi nombre, santa adorada, me es odioso, por ser para ti un enemigo. :-( De tenerla escrita, rasgaría esa palabra. :-/
(Fuente del texto, sin smileys. Esos han sido cosa mía.)
En fin. Dejémoslo aquí. Pues esa... Es otra historia.
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