sábado, 26 de mayo de 2007

Tomate para hacer ruido.

Eso parece, señores. Tanto presumir que si yo prefiero Internet, que si a mí la tele, la caja tonta; que si las revistas del corazón quién las lee, yo leo a Schumpeter o Negroponte o a Mises,- que últimamente se lleva mucho presumir de ello evidenciando que no se ha hecho -, y al final resulta que tan cotillas y tan rosaditos y amarillitos como el resto del mundo mundial.

Al menos eso parece desprenderse de esta noticia.


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