viernes, 23 de noviembre de 2007

En España se persigue la libertad de expresión

A mí me gustaría decir que España es un país moderno, democrático y donde las libertades individuales están garantizadas. Tristemente, no puedo.

La noticia aparecía ayer recogida en el diario Libertad Digital:
Un juzgado de Barcelona ha ordenado bloquear el acceso desde España a diez páginas web críticas con el nacionalismo catalán. El Ministerio de Industria ya ha ordenado aplicar esta medida cautelar contra Stop Nacionalismo, Hasta los Huevos, Catalanes No Gracias, Boicot Ya, Nacionalismo No y Stop Nacionalismos, entre otras. Mientras, en la red operan diversas páginas promovidas por asociaciones independentistas radicales, en las que se denigran símbolos e instituciones españolas, se promueve el boicot a todo lo español e incluso se amenaza a políticos y periodistas que no se pliegan a la imposición nacionalista. No obstante, por razones técnicas es improbable que la orden sea cumplida por los proveedores españoles.

¿Pero qué es lo que está pasando? Un buen análisis de la actual situación lo recoge el artículo de Adolfo Estalella en Cinco Días (vía AI). Estamos viviendo un momento de mayor control estatal. Las libertades individuales están siendo mermadas por el poder del Estado, que ávido de capacidad de control y sumisión de la ciudadanía impulsa leyes donde incluso la noticia recogida será pecata minuta al lado de las posibilidades que éstas permiten. Como, por ejemplo, la opción de cerrar una página web sin necesidad de pasar por el juzgado. Es decir, la posibilidad de seguir el modelo chino.

¿Que cómo hemos llegado a esta situación? ¿Se acuerdan de esta noticia? Entonces, algunos descerebrados jalearon la decisión del Congreso. ¿4.000.000 de firmas? ¡Para qué tenerlas en cuenta! Para nada... Como no gustaban... En un país con normalidad democrática, lo normal es que la gente, con independencia de su ideología, se hubiera echado a la calle para protestar, porque se mirase por donde se mirase era un atropello contra los derechos de las personas el despreciar una recogida de firmas masiva de esas características. ¿Qué fue lo que pasó? Nada... El PP se arrugó, como hace muchas veces, y el resto o bien callaron como putas o bien directamente se rieron sonoramente... Sigamos.

¿Recuerdan esta otra noticia? "Todos Contra el Canon" presentaba 250.000 firmas contra el abusivo canon digital. Asociaciones de internautas, linuxeros, asociaciones empresariales, sindicatos... ¡Claro! Pensaron: "A nosotros qué nos importan los 4.000.000 de firmas rechazadas, como esta vez somos los buenos sí nos harán caso, que es lo que importa". Evidentemente, ni caso les hicieron. Normal... ¡Si no cuentan 4.000.000, ¡a dónde van con 250.000! No me llames iluso... la la la... ¿Un precio por la anormalidad democrática del hecho de los 4 Millones de firmas? Ya lo estamos pagando todos, todos los días, con el canon que nos repercuten por la cara, aparte de tener que soportar la presunción de delincuentes que nos han endilgado a todos los usuarios y consumidores.

¿Se acuerdan de este hombre? Demandado por la SGAE.

Y así podríamos listar otros ejemplos... El último, el que ya les comentaba al principio. Yo no quisiera por nada del mundo incomodarles en sus mullidos sillones, señores, pero vean ustedes la siguiente cuestión: ¿Dónde hay censura? ¿La hubo en España en los tiempos de Franco? Sí. ¿La hay en Cuba? Sí. ¿Hay censura en China? Sí. En fin, no sigo... Creo que es evidente. La censura es característica de las dictaduras, y consentir con ella es una forma de caminar hacia una dictadura. Ustedes verán hasta dónde están dispuestos a consentir...

No hay comentarios: