jueves, 21 de diciembre de 2006

Regalos de categoría

Siempre hay fechas especiales donde uno quiere quedar bien, dejar la impronta de un buen recuerdo en los corazones de sus seres queridos. Sin lugar a dudas, las Navidades son una de esas ocasiones especiales. Regalar, como nos ha sugerido Edu, rollos de papel higiénico con Sudoku puede ser una idea original si uno quiere que no le vuelvan a meter en compromisos de regalos nunca más o si se conoce a un sudoku-adicto. Regalar la ratita en el aro dando vueltas, cruel. Imaginen que alguien inventa el chisme ese para una oficina y lo conecta de algún modo a todos los ordenadores. Lo que se divertiría el jefe...

Pero también podemos ser expléndidos y hacer regalos que sin lugar a dudas dejarán a nuestros allegados con la boca abierta y deseando que lleguen las Navidades próximas.

Una sencilla elección puede ser un portátil. Un regalo práctico y cómodo, que además tiene ese toque de distinción justo para toda persona que se precie de ser una persona de su tiempo. La verdad es que hoy su uso está ya muy extendido y podemos encontrar verdaderos chollos. Aquí por ser un poco más "luxury" (miren ustedes que chic me pongo) recomendaremos algo más exclusivo que el portátil de oferta de las grandes cadenas especialistas. Por ejemplo, un VAIO:



Un ordenador ultraligero para sus prestaciones, que sorprende por el buen resultado y el cuidado diseño de sus detalles.





O también podemos, ya que estamos con Sony, ser más exclusivos aún y regalar un AIBO. ¿Por qué no? Una cucada de perrito que hace las delicias de todos los tecnófilos en el mundo. Miren, ¡miren qué mono - el perrito, claro -!

AIBO Europe

Por otra parte, si lo que quieren es regalar algo exclusivo, pero a la vez más práctico que un perro cibernético, siempre pueden probar con aquel click de playmobil gigante (1.00 m, tampoco se piensen) cuyo prototipo había lanzado Mitsubishi allá por el 2003 y que empezó a comercializar en septiembre de 2005. Estoy hablando del bueno de Wakamaru, cuyo inicial objetivo era acompañar a personas ancianas y discapacitas. La verdad, tengo que reconocerles que ni siquiera sé si se sigue produciendo el invento, pero feo como era, tenía un aire tan tierno todo amarillito él...




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